Abrió los ojos y se quedó absorta mirando la luz que se colaba por las rendijas de la persiana, iluminaba esa luz de un modo irreal el espejo de la habitación donde amanecía ese día , nunca le habian gustado los espejos en la habitación, en realidad nunca le habían gustado los espejos en general, pero esa mañana la luz no hubiera sido la misma sin aquel espejo. Las sábanas brillaban de manera espectral invitándola a remolonear en la cama, pero debía levantarse y enfrentarse, como todos las mañanas, a uno de los días más importantes de su vida.
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