Cuando la lluvia moja la tierra hundo mis pies descalzos en el barro resultante y respiro profundamente hasta que cada célula de mi cuerpo se ve invadida por el olor penetrante de la tierra mojada que ya es una con mi alma calmada. Cuando mi cuerpo esta empapado, de agua de lluvia reparadora, despego mis pies del suelo y los lavo en el estanque más próximo, mientras realizo la tarea meticulosamente, disfrutando de cada movimiento de mi cuerpo, la lluvia sigue empapando mi alma de calma, entonces, de manera pausada, camino hacia un lugar cubierto, seco mi cuerpo con una suave tela que termina contagiada de la mística humedad vivida. Ya seca contemplo como la lluvia sigue mojando la tierra,ahora mi cuerpo se siente en sintonía mientras algunos hilos de agua se deslizan a través de mi pelo recorriendo mi espalda relajada.
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