El tiempo que pasé lejos de casa me hizo recordar detalles a los que nunca antes había dado importancia,detalles que llegaban a obstinarme de tal forma que era incapaz de parar de pensar en ellos, hasta que lograba recopilar todas las piezas del puzle que quería recordar y ahora ese esfuerzo no servía absolutamente para nada porque, inexorablemente, todos esos detalles iban a desaparecer y yo con ellos. Entonces me paré a pensar en algo, en las flores de los árboles mágicos que caen aún siendo hermosas, pensé que los árboles las hacen caer para que el caminante se sorprenda al verlas e inevitablemente mire hacia arriba con el propósito de saber de dónde han caído, con ello logran que se sorprendan al descubrir la magia de los árboles que las crean, y así es como consiguen quedarse en la memoria del caminante, eso tenía que hacer yo, debía dejar caer flores hermosas que al mirarlas en el suelo me recordaran todos esos pequeños detalles.
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