Esa mañana, como todas las mañanas, subió a lo alto de la montaña para disfrutar del espectáculo que solo el océano podía ofrecer, se tumbó para mirar el cielo, desde allí se veía más cerca, luego giró su cara hasta la intersección del cielo con la tierra, unas flores silvestres se interpusieron en su visión,pensó en lo hermosas que eran y en que quizá la proxima vez que subiera a la montaña ya no estarían allí.De repente, le invadió un sentimiento tranquilizador,un pensamiento que en un principio podría haber resultado inquietante pero, inexplicablemente, producía en él un tremendo efecto de paz. Fue consciente,sin proponérselo, de que como esas flores él también iba a morir, y no es algo que le asustara o entristeciera, después de un momento de reflexión, basado en sus experiencias, se dió cuenta que pronunciar esa frase seguida de un tiempo concreto hacia que todo el mundo dulcificara su voz y decidió aplicar esa frase a si mismo, "voy a morir",esa frase era cierta,la más certera que prodría pronunciar en su vida, tremendamente cierta, es lo único que estaba seguro que cumpliría , el resto de cosas eran tan solo intenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario