trocito de una imagen de Javier Campos |
Al levantarse ya estaba pensando en ese escaparate de impresionantes , pequeñas y dulces obras de arte, colocadas cuidadosamente para el disfrute del paseante que bien de reojo o con mirada descarada, se sentía de nuevo niño ante tal despliegue de azúcar y chocolate. Para ella, el paseo hasta allí, era la espera a la recompensa merecida , un chocolate caliente que reconfortara su espíritu...
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