Como un muro de piedra erosionado a capricho por el tiempo, de tal forma moldeado que aún siendo muro, resulta suave al verse invadido por el frescor de la hiedra y el verdín. Como el muro, él dejaba que la humedad fuera lentamente conquistando cada uno de sus rincones hasta aparentar ser lo que no era, débil e indefenso.Pero no olvidemos que el muro está hecho de piedra y como la piedra, por naturaleza tranquila y sabedora de su longevidad, no tenía prisa por conquistar el espacio que habitaba , como piedra sabía que el espacio que ocupaba en su corazón era naturalmente suyo.
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