Inundada de luz no permitiré nubes que la escondan,
con la suerte de mi parte no me sentiré culpable por ser afortunada.
Repleta de dones buscaré sin descanso la manera de expresarlos.
Aprovecharé el agua resultante de la tormenta,
para limpiar lo que me hace daño.
Servirán para no descansar en mi empeño
la energía del rayo y la rotunda fuerza del trueno.
Siempre,
suceda lo que suceda,
sabré ver el sol detrás de las nubes.
Siempre,
suceda lo que suceda,
me encontrarás con una sonrisa en los labios.
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