miércoles, 9 de febrero de 2011

La cajita




Él era pobre como una rata, una rata que se alimenta de lo que puede, trampeando,no siendo muy exigente y durmiendo en cualquier lugar. Cierto era que no podía quejarse, sus necesidades básicas estaban cubiertas, pero no tenía para más.Este hecho nunca le había supuesto un problema hasta ahora, le atormentaba la idea de solo llevar un euro en el bolsillo, era lo único con lo que contaba para regalarle a ella , la que lo tenía todo, un presente para su cumpleaños.
Entró en un bazar con la vaga esperanza de que el milagro se produjera y sus cien céntimos alcanzaran para adquirir el regalo perfecto. Dio varias vueltas por la tienda, observando cuidadosamente cada estante y nada... ¿Nada?, no, espera...una cajita preciosa de madera brillaba por su belleza entre tanto plástico y baratija.


Se acercó con la pequeña cajita en la mano hasta donde se encontraba el cajero, rezando todo lo que sabía para que costara el importe deseado.Preguntó al dependiente con miedo y este pronunció, sin prestarle mucha atención, las palabras que sonaron como magia “cero con noventa y nueve” .Cambió su moneda por la caja permitiéndose el lujo de dejar propina y salió feliz del establecimiento.
Anduvo unos metros con una sonrisa de triunfo en los labios hasta que comenzaron a asaltarle los peores pensamientos, dentro de la caja no había nada... tal vez ella al abrirla esperará encontrar un anillo o algo así,pensó. 


Malhumorado subió las escaleras de la pensión donde se alojaba, dejó la cajita en la mesilla de noche y se tumbó en la cama planeando cualquier excusa para no acudir a la fiesta de cumpleaños,se quedó dormido y como siempre soñó con ella, despertó con una sonrisa tierna en los labios, se arregló y cogió su cajita.

Entró en la sala donde se celebraba la elegante fiesta, desentonando un poco en el decorado.Ella sonrió al verlo y le siguió con la mirada hasta que lo tuvo delante. Él le dio un beso en la mejilla, seguidamente le susurró al oído mientras depositaba la pequeña caja en su mano. “Abre esta cajita cuando este sola y tranquila, cierra los ojos mientras la abres porque al abrirla liberarás el beso encerrado que me has pedido en un sueño”

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